La primera profunda impresión no ha cambiado.
En Shibuya, Taipei, Los Ángeles, Sao Paulo, París y Bogotá.
En todas las otras ciudades y países que he visitado.
Así como en las que no he estado, tal vez incluso Marte.
Siempre, dondequiera,
El muy primer descomunal latido de corazón nunca será tomado.
En Morioka por primera vez.
Urii.
maya.